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Mis hijos y sus emociones
En este tiempo de pandemia nuestros niños, niñas y adolescentes se han visto enfrentados a una situación para la que nadie estaba preparado,cada uno de ellos lo ha hecho de la mejor forma posible por afrontar y enfrentar dicho evento.Por otro lado, los padres, madres y/o cuidadores hemos tratado de sobrellevar de la mejor manera la crianza de nuestros hijos.
Y en esta montaña rusa de la crianza en pandemia, nos podemos plantearlas siguientes preguntas: ¿Encuentro que mi hijo/a está más irritable?, ¿he podido evidenciar que se encuentra más sensible de lo que estoy acostumbrado a verle?, ¿me he enojado con él/ella por no poder “entender lo que le está pasando?
El tema de las emociones es algo que nos acompaña desde siempre, sin embargo, en el contexto que estamos viviendo han aflorado con mayor intensidad y sobre todo en nuestros niños, niñas y adolescentes.
El poder aceptar las emociones de nuestros hijos/hijas es lo que más nos cuesta, ya que, fuimos criados bajo la premisa que solo debíamos aceptar las “emociones buenas” (alegría, felicidad) y esconder nuestras “emociones malas” (rabia, enojo, pena, miedo), por lo tanto, si veo que mi hijo tiene miedo en algunas ocasiones podemos hasta retarlo porque debe ser valiente, o si bien tiene pena, solo le hago cosquillas para que no piense en “eso” que le genera dicha emoción.
Hoy en día, y de acuerdo a muchos estudios acerca de las emociones, los padres y madres tenemos una tarea fundamental: ser capaces de conectar con nuestros hijos y sus emociones, ya que, somos agentes claves en la regulación de la conducta de nuestros hijos/as; y es aquí donde viene la pregunta: ¿Cómo lo hago? ¿Cómo me conecto con la emoción de mi hijo? ¿Cómo puedo acompañarlo?
- Lo primero es botar la idea preconcebida que por crianza tenemos de esconder nuestras emociones, las emociones sean “buenas o malas” debemos aceptarlas.
- Asimismo, debemos renombrar estas emociones “buenas y malas” como emociones agradables y desagradables, puesto que, no existen emociones negativas y cada una de ellas tienen un propósito adaptativo, nos quieren decir algo y son las responsables de activar un proceso frente a las situaciones a las que nos enfrentamos.
A continuación, les sugiero algunos TIPS que les pueden ayudar a acompañar las emociones de sus hijos:
- Empatizar: intente entender el punto de vista de sus hijos, aunque no lo comparta, sus ideas son tan importantes como la de usted.
- Aceptar la emoción que está enfrentando su hijo: validar las emociones de su hijo/hija y expresarlo con naturalidad favorece el desarrollo socio-emocional, sentirse comprendido por una persona querida facilita el inicio de la regulación emocional.
- Enseñar formas de expresión de la emoción: enséñele a comunicar su emoción respetando su punto de vista y sus derechos sin faltar el respeto a los demás.
- Poner límites a su conducta: poner límites desde la calma y el respeto ayúdele a comprender que las conductas violentas no son apropiadas, las cuales lo dañan a ellos y a los que lo rodean.
- Ofrecer alternativas a su conducta:Guíele para escoger acciones que le aporten bienestar emocional para él/ella mismo/a y los demás. ¿Cómo crees que lo podríamos arreglar? ¿Qué te parece que podrías hacer ahora?
- Decir que lo/la quiere: es importante que el niño, niña y adolescente tenga siempre presente que usted lo quiere independiente de la emoción que ellos presenten.
- Dedicar tiempo de calidad a sus hijos/as: prestar atención plena, escuchándolos y no juzgando, lo cual, promueve una relación positiva entre los niños, niñas y adolescentes y sus padres. Como sugerencia, con los más pequeños se puede jugar y con los adolescentes ver una película o conversar de algún tema que tengan en común evitando distractores como celulares, televisor entre otros.
Paulina Aravena
Psicóloga PIE