Los últimos años han significado grandes cambios para la sociedad chilena y mundial. La promesa que hiciera la globalización hace un par de décadas de unificar a todas las personas se ha hecho patente y un virus que nació en una tierra lejana trajo modificaciones a la vida del ser humano en cada rincón de nuestro planeta.
Bien sabemos que han sido muchos y muy variados los ámbitos de nuestra existencia que han debido replantearse con una mirada a largo plazo que les permita responder a un futuro incierto, cuya única premisa ha de ser la flexibilidad para adaptarse a distintos escenarios. La educación no ha sido la excepción, en su calidad de agente transmisor y cocreador del acervo cultural de una sociedad, ha debido mirar sus prácticas y, rápidamente, adaptarlas a las necesidades de los estudiantes ante el contexto que la crisis sanitaria impone.
Es así como la primera etapa de clases telemáticas fue un gran desafío para profesores, estudiantes, familias y funcionarios. Trasladar el aprendizaje desde un contexto presencial, que tenía como postulado la observación y experimentación, a un contexto remoto en donde resulta crucial la autonomía de estudiante y el apoyo de las familias, significó un cambio paradigmático en la manera de aprender y enseñar.
No obstante el complejo escenario, el Colegio Alonso de Ercilla ha sabido adaptarse a las circunstancias conforme ha avanzado la situación sanitaria. De esta manera, el martes 03 de agosto las puertas de nuestro colegio se abrieron, luego de un año y medio, para recibir nuevamente a nuestros estudiantes. Entusiastas, estos comenzaron una nueva etapa en su proceso educativo, de la mano de la enseñanza híbrida. Esta modalidad ha exigido que nuestros profesores y funcionarios vuelvan a mirar su modo de trabajar, para así salir al encuentro de los nuevos desafíos que ella ha implicado.
En estas dos semanas, hemos contado con una participación destacada de estudiantes y un cuerpo de profesores que se va adaptando a nuevos escenarios para lograr aprendizajes significativos y de calidad. Esto, sin duda, no es azaroso, sino que es el resultado de una comunidad educativa que se compromete con el aprendizaje, el acompañamiento socioemocional y las medidas de seguridad necesarias en el actual contexto.
Tenemos la certeza de que el trabajo arduo que ha desplegado nuestra institución rendirá frutos y que lograremos afianzar los logros académicos y el acompañamiento socioemocional a estudiantes, apoderados y funcionarios. Del mismo modo, sabremos cumplir con las expectativas que las familias de nuestra comunidad han depositado en nosotros, para ser mediadores en el cumplimiento de los sueño y metas de nuestros jóvenes. Todo lo anterior, al alero del modelo educativo, moral y ciudadano que promueve nuestra Corporación y que nos permitirán seguir construyendo futuro para las familias de nuestra ciudad.
Camila Chandía
Jefa de Unidad Técnico Pedagógica
>Colegio Alonso de Ercilla