Las clases a distancia nos permitieron ver el gran tesoro que es la educación

Nuestro hogar está formado por cinco personas, mi esposo Carlomagno y mis tres hijos, Elicia de 23 años, Sofia de 16, Alfredo de 10 años y yo, Sandra. El año 2016 nos trasladamos desde la comuna de Concepción a Hualqui lo que implicó para Sofía y Alfredo un cambio drástico ya que durante más de un año viajaban entre ambas comunas para ir a su colegio, de este modo y a través de una conversación con mi vecina supe que el Colegio Alonso de Ercilla estaba en un proceso de reestructuración ya que había sido comprado por COEMCO. Esta opción me pareció muy interesante ya que la misión, visión, el proyecto educativo y el enfoque personal hacia el aprender a SER en un mundo cambiante nos parecieron realmente atractivos.

Actualmente, Sofía y Alfredo son estudiantes de segundo medio y cuarto básico, respectivamente. Desde el primer momento hemos visto que las actividades pedagógicas realmente generan entusiasmo en los niños ya que no solo están enfocados en aspectos curriculares, sino que también hay muchas acciones de formación y preocupación por su estado emocional a través de iniciativas tan pequeñas como preguntarles a diario ¿cómo están? lo que marca una gran diferencia. Además, en forma reiterada los estudiantes tienen actividades en las que pueden expresar sus sentimientos, olvidando los tiempos difíciles que estamos viviendo y que como familia nos ha llenado de miedos e incertidumbres. También existe una constante preocupación del colegio por comunicarse con nosotros por medio de llamadas telefónicas, correos y diversas formas de comunicación. En estos difíciles momentos hemos sentido la empatía hacia la comunidad educativa y eso nos abrió nuevas perspectivas para salir de la dinámica pesimista provocada por la pandemia.

Hemos recibido constantes apoyos, por ejemplo en tecnología, a través de los cuales pudimos adaptarnos rápidamente a la educación a distancia. Se entregaron canastas de Junaeb, hubo acciones solidarias para apoyar a las familias en ámbitos como salud, locomoción, asistencia e integración.

Las clases vía Zoom nos permitieron ver el verdadero tesoro que es la acción educativa del colegio, fomentando el desarrollo integral de cada uno de los alumnos.

Como familia, apreciamos el trabajo de establecimiento por construir un ambiente agradable en las salas de clases, ya ser presencial o virtual. A pesar de lo anterior quisiera destacar que el retorno a clases presenciales trajo consigo un cambio drástico en el estado anímico de nuestros hijos ya que a diario evidenciamos su alegría al llegar a casa y contar las vivencias y anécdotas vividas en el colegio.

En estos momentos, no tenemos claridad de cuáles serán las decisiones o sueños a futuro de nuestros hijos(as), pero tenemos la certeza de que están adquiriendo los aprendizajes, competencias y habilidades necesarias para cumplir sus metas y sueños ya que el colegio trabaja en forma transversal. No solo se abordan contenidos, sino que también los valores como la fraternidad, el amor, la solidaridad y el respeto, los que marcan un sello único en todos los miembros de la comunidad educativa. Por otro lado, COEMCO también se ha preocupado de las mejoras continuas en infraestructura, seguridad del recinto, materiales, espacios, biblioteca, se evidencia limpieza, grato ambiente y sobre todo, buena comunicación entre los profesores y apoderados a través de plataformas institucionales y página web.

A las familias de nuestra comunidad, las insto a seguir desarrollando con fuerza uno de los pilares fundamentales en la vida de sus hijos: la educación, que debe ser potenciada desde el hogar y apoyada activamente para que el colegio Alonso de Ercilla siga creciendo y fortaleciendo aquellas acciones que día a día realizan profesores y asistentes de la educación.

También invito a seguir  trabajando con fuerza a cada uno de los profesores que se han destacado por su entrega, dedicación y profesionalismo. En estos años han entregado lo mejor de sí y solo cabe felicitar al colegio por contar con un talento humano a prueba de todo que posee una gran metodología y comunicación con los niños y apoderados. Sin duda, estos docentes dejarán huellas en los corazones de sus alumnos, quienes les recordarán con mucho amor.

Los niños son el futuro y hoy no se dan cuenta, pero mañana recordarán su colegio, profesores y asistentes de la educación con mucha nostalgia y amor.

Mis agradecimientos como apoderada a nuestro colegio Alonso de Ercilla, que nos acoge cada día.

Sandra Rebolledo Ramos
Apoderada 4° básico B y 2° medio A